martes, 8 de febrero de 2011

Busca del tesoro

Guerra campal en el océano, poco antes de iniciar la búsqueda. El Pirata andaba suelto, y los corsarios ingleses disputaban la meta a los holandeses. El inglés Pablo M-S descubrió que a un pirata siempre se le puede sobornar, y dado su amplio capital, no dudó en hacerlo para multiplicar las pistas. David y Pedro también se prestaron a este sucio juego, secundados por Enrique. No pudieron hacer lo mismo los holandeses, dado que Pablo B despreciaba el sucio metal, y ni Ignacio, ni Miguel B. ni Álvaro tenían un centavo de tucán. ¿Señor de tres cabezas?, ¿pies rojos?, ¿escaleras rotas?, ¿nombre de embutido? Al final, como siempre, gran fiesta de manjares con lo robado en alta mar. Y los ingleses forrados de tucanes… El próximo sábado, fútbol 7.

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